EL POLVO MÁS LARGO DE LA HISTORIA – Intro

No esperes una historia simple sobre una sesión maratónica de sexo. Este relato trata sobre cómo, un día, ella y yo iniciamos un encuentro sexual, y no terminó en el tiempo previsto.
Arrancamos…
Érase una vez, una fría noche de octubre en el año 2021. Yari (mi esposa) y yo queríamos salir a tomarnos algo. Los niños no estaban en casa y decidimos llenar ese vacío con una salida «hot», y qué mejor que algún tercero.
En realidad, solo queríamos salir, pero ese día nos contactó un chico a través de nuestro sitio web redclubpanama.com , y entablamos una agradable conversación. Él también estaba bien de tiempo, así que lo invitamos a acompañarnos en esa salida.
Un rato después nos contacta una pareja amiga (Marlon y Carol) y nos invitaron a una disco. Al llegar los 3, Marlon nos indica que debemos mantener cierta compostura, ya que estaban en compañía de la mejor amiga de Carol, y ella no era swinger. Situación un poco incómoda, ya que los swinger por naturaleza, nos comportamos distinto al resto.
Una vez dentro del lugar, algunas cosas fueron obvias. Los tragos hicieron efecto, la música motivaba y el ambiente prometía. Al poco rato, Yari ya intentaba devorar al chico que nos acompañaba, y yo hacía de las mías con un grupo que estaba en la mesa de al lado. Marlon y Carol guardaban las apariencias ante su amiga (a quien llamaremos Angie).
¿Y Angie? Parecía no enterarse de nada, aunque en realidad, nos importaba poco (consejo: no mezcles amistades “vainilla” con amistades swinger donde hay alcohol; al menos no con nosotros).
Entonces, en un momento tuve la oportunidad de conversar un poco con ella, y sentí ese “feeling” que te hace pensar que algo más puede pasar. Y ese algo no representa mayor problema para mí, porque mi relación con Yari es bastante abierta. Pero quedaba la duda de lo que sería para Angie.
Finalmente, la fiesta entró en calor y me tocaba tomar una decisión: ¿Me iba por mi cuenta o acompañaba a Yari con su nueva conquista?
Aquellos que me conocen, saben que no hay nada más excitante para mí, que ver a mi esposa con un chico de su completo agrado. Y este lo era. Tiempo después, formaría parte del Staff del Club. Pero ese día, tocaba sexo… y nos fuimos
A la despedida, todo normal (para mí). Un abrazo a Marlon, un beso en la boca a Carol… y otro… a Angie.
Cuando caí en cuenta de lo extraño de la situación, no pude evitar su mirada de sorpresa clavada en mí. Buscó a Yari con algo de pena, y se encontró con una gran carcajada. Me volvió a mirar, y me encontró yendo hacia ella… nuevo beso, nuevo abrazo, primer apretón, manos a las caderas… y chao.
Con ella no habría sexo esa noche, ni la siguiente. Pero la semilla estaba sembrada…
Respuestas