Gerardo, Vlady y Yo

Yo bailaba con Mi amor… siempre éramos felices bailando juntos en cualquier lugar, nuestra mirada llena de complicidad nunca nos abandonaba.
Entre risas y gestos me hizo saber que Gerardo estaba solo, sentado al final de la barra. Un lugar estratégico, solo, oscuro, apartado del alboroto de los visitantes del lugar quienes estaban bastante entretenidos con el karaoke.
Luego de un largo y delicioso beso, le hice caso a sus ganas de jugar y caminé hacia donde estaba Gerardo. Me senté frente a el, tenía cara de cansado, luego de tantas horas administrando el lugar día a día.
Debo decir que en varias ocasiones, Gerardo y yo hemos cruzado miradas y ganas…
Vlady, quien conoce todos mis demonios y con quién vivir está aventura siempre es maravilloso, le ha hecho saber que puede visitarnos y pasar un buen rato con las nalgas de su novia.
Esa noche cuando llegamos al sitio, Gerardo se había acercado a saludar muy cariñosamente. Apretón de manos y abrazos con mi Vlady y un suave abrazo con beso picaron conmigo… no pasaron ni 2 minutos cuando se acercó a mi oído tratando de disimular y me dijo: ¿Estás bellísima hoy!
Sentada frente a el, solo logré decirle… te veo cansado. Me miró, sonrió y mientras empezaba a contarme lo abrumador de su día, llegó Vlady por mi espalda. Se unió inmediatamente a nuestra pequeña reunión en aquel rincón del bar.
Vlady traía una cerveza en su mano… derramó un poco de ella en mi pecho e invitó a Gerardo a tocarlas… ¿Verdad que se le ven divinas? Tocalas, siente lo duras y firmes que están… ¡adelante! Desde hace mucho deseamos que lo hagas… Gerardo no lo pensó y pasó su mano por mi pecho que ya se empezaba agitar!
Rodé mi cuerpo al borde de la silla, subí mi falda y miré a mi novio – el mejor cómplice -. Descifró mi mirada en un segundo. Tomó la misma botella y la paso en medio de mis piernas – ya estaba muy mojada – luego de rozarla y llenarla de mis jugos, le ofreció un trago a nuestro acompañante.
Gerardo, llevo la botella inmediatamente a su boca en medio de un profundo suspiro.
Se me escapó un cortito pero intenso gemido. Vladi preguntó a Gerardo si tenía un lugar detrás de la barra donde pudiéramos continuar con la conversación.
Ya el karaoke había terminando y nuevamente se estaba llenando la barra…
Entramos a la oficina, dónde había un sofá ideal para nuestro encuentro. Gerardo se notaba muy nervioso. Era su primera vez con una par de buenos amigos…
Me senté en el espaldar del sofá con las piernas abiertas… Vlady me besaba deliciosamente. Le indicó a Gerardo que me diera sexo oral: Disfrútala, cómetela entera y haz que acabe en tu boca.
La mirada de Vlady y la mía se fundían en mi placer… Le pedí sacara su miembro y me dejara meterlo en mi boca… Gerardo era excelente en lo que hacía, ya deseaba que me mostrara lo que tenía para darme duro y dispuesto.
Mientras el me satisfacía con su deliciosa lengua, Vlady rozaba mi clítoris con sus enormes dedos, besaba mis pesones duros y me decía lo divina que me veía abierta para ellos. Gemí y llene la boca de Gerardo de todos mis jugos…
Me bajé, le abrí los pantalones y me encantó lo que descubrí, le ayude a colocar un preservativo, me voltee y le sugerí me penetrara… y así fué. El en mi sexo, Vlady en mi boca…
Tenemos como regla que ningun otro hombre que no sea Vlady puede acabar dentro de mi, así que fue el turno de mi amor en meter todo su miembro delicioso dentro de mi, mientras yo me encargaba de sacarle todo el deseo a Gerardo con mi boca.
En medio de palabras arrebatadas y un gemido intenso Gerardo fue el primero en venirse en mi boca…
Mientras dejaba caer todo sobre mi pecho, mi amado Vladi me tomaba por el pelo, excitado por la escena…
Acelerando sus movimientos, se vino dentro de mi…
Lucrecia
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